jueves, 4 de julio de 2013

NO SE APAGA EL SOL CON UNA REGADERA

ARDER

Cuando nos besamos trituramos un ángel.
Su última voluntad será nuestro deseo.
Tiempo habrá para escupir sus vidrios de colores,
              su sombrero de plumas,
barajas manoseadas por tahúres y ahora

hay que hacerlo entrar,
ofrecerle licor (que él viene de morirse),
acercarle una silla (que lee en la oscuridad).

Dirá sus baratijas,
su forma de guiarnos al secreto de la vieja
               estación.
Dirá que el vino está hecho de hojas secas,
que puede hacer un fuego con tu rostro y el mío.
(Ni un centavo de luz a su trabajo).

Cuando nos besamos desollamos un ángel,
un condenado a muerte que va a resucitar en
                otras bocas.
No tengas lástima por él, sólo hay que hincar el 
                diente
y triturar al ángel.
Abrir tus piernas blancas y darle sepultura.

Jorge Boccanera

2 comentarios:

  1. Te confieso que no conocía el autor, nunca lo había sentido siquiera mencionar, lo busqué en la red y descubrí que es argentino.
    Me encantó el poema, me gustó su estilo y rescaté estas líneas de algunos de sus poemas.

    "...me acerqué a sus dos manos
    sin dejar de mirarla
    desde mi soledad hasta su boca..."

    Te dejo un fuerte abrazo Enrike... desde la soledad de las manos que buscan el ardor de la boca.

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    Respuestas
    1. Me alegra haber podido darte a conocer este gran poeta!!!
      "Latigazos de sombra desordenan tu cuerpo,
      en la fotografía donde te estoy pensando,
      y soy el extranjero que descubrió tu rostro
      y se animó a escribirlo, que era como besarlo."

      Un fuerte abrazo Cristina y que tus manos desnuden la soledad en esa boca! ;)

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