jueves, 7 de marzo de 2013

LAS ROSAS DE BABILONIA

No me preguntes cómo pasa el tiempo
Li Kiu Ling


No me preguntes cómo pasa el tiempo.
El caso es que ya estoy un poco sordo
y el pelo me blanquea. Sin embargo,
aún siento un no sé qué, algo muy tenue
(como un temblor de luna en un estanque),
aquí, justo en la boca del estómago,
cada vez que te miro. Qué curioso,
qué curioso, ¿verdad? Qué raro: el tiempo,
que en Babilonia destruyó las rosas,
que terminó con Júpiter y a polvo
redujo los imperios y las caras
(que todo se lo lleva por delante
como un rinoceronte enloquecido),
me parece que hoy se va a dejar
los dientes (por lo menos), en su inútil
empeño de ir borrándote esos ojos
que intactos —yo lo quiero— aquí se quedan.

Víctor Botas

2 comentarios:

  1. Cien años no son nada... pero no esperaré 100 años para obtener los ojos que quiero!
    Te dejo un fuerte abrazo Enryke... me quedan pocos años debo apurarme!!!

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  2. Mi abuela cumplió los cien años hace unos días!!!!
    No te pongas años Cristina, seguro obtendrás los ojos que quieres!!! Un fuerte abrazo, más allá del tiempo!!!!

    Cuando mis ojos miraron
    de tu cielo los dos soles,
    vieron tales arreboles
    que sin vista se quedaron.
    Mas por ciegos no dejaron
    de seguir por sus destellos,
    por lo que duélete de ellos,
    que aunque te causen enojos,
    son girasoles mis ojos
    de tus ojos soles bellos.

    Manuel Martínez de Navarrete

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