Me dejás tu sombra de azahares
en cada rincón de las ganas
Llevame contigo a dibujar humo
en la sórdida trastienda del olvido
Cualquier día mi piel de fósforo,
al mínimo roce de tu voz, arde
y acabará la noche sin duelos
haciendo brasas los deseos y
de las cenizas una gran sonrisa.
en cada rincón de las ganas
Llevame contigo a dibujar humo
en la sórdida trastienda del olvido
Cualquier día mi piel de fósforo,
al mínimo roce de tu voz, arde
y acabará la noche sin duelos
haciendo brasas los deseos y
de las cenizas una gran sonrisa.
Me inquietan los relojes que tardan en acercar tu sonrisa...
ResponderEliminarEntre un ramillete de vapores la luna brilla más nunca
me acaricia tu alma en la sombra de la penumbra
y algunas luces insomnes empujan la noche de amores y olvidos.
Me acerco a vos y te busco con mi mano coronada de perlas,
el silencio toma forma en tu mirada,
repliega su brillo en tus ojos oscuros,
va ascendiendo con su aliento de latido y se disipa en la noche sin duelos.
Ardor en mi pulso
al mínimo roce con tu voz.
Gracias por escribir y por estar aún en mis silencios.
Bella noche Enryke.
Buenísimo Cris, me dejas sin palabras y sin saber que ofrecerte para corresponderte con justicia!!!! Muchos beso y feliz vida Cris!!!
ResponderEliminarOFRENDA
¡Oh, cómo florece mi cuerpo, desde cada vena,
con más aroma, desde que te reconozco!
Mira, ando más esbelto y más derecho,
y tú tan sólo esperas... ¿pero quién eres tú?
Mira; yo siento cómo distancio,
cómo pierdo lo antiguo, hoja tras hoja.
Sólo tu sonrisa permanece como muchas estrellas
sobre ti, y pronto también sobre mí.
A todo aquello que a través de mi infancia
sin nombre aún refulge, como el agua,
le voy a dar tu nombre en el altar
que está encendido de tu pelo
y rodeado, leve, con tus pechos.
Rilke